viernes, 12 de abril de 2013

Respecto a esos días...

Suelo tener esos días en los que solo quiero tirarme en la cama y alternar sueño con pelis y degustaciones chatarras. Si, comer toda sarta de cosas que, a cambio de instantes a puro deleite, solo sirven para eclosionar mi estómago contribuyendo con la hinchazón de panza, típica a esta altura del mes. No obstante, qué placer! Siiiiiii!!! Que enorme disfrute, siempre y cuando me olvide por un momento de entrar en un jean, sin saltos ni tironeos y sin que se transforme en un obstáculo para mi respiración. Es ahí cuando me levanto, y digo: "Hay que activar, vamos a ponerle pilas a esto!". Entonces me arreglo, evito el vestido delatador, me inclino por unas calzas (Si, si, nada de que un botón me ponga límites) y por algo color negro para disimular todo aquello que esté de mas. Es así como voy, vengo, me pruebo, me saco y me miro al espejo puteando porque no hay caso: "Nada me queda bien", porque "No tengo ropa", mientras gran parte del contenido de mi placard se despilfarra por el piso de mi casa. Todo esto, claro está, en el transcurso de dos insufientes horas que concluyen a las corridas, con una opción que es producto de un "Ya saliste?; Dale nena es tarde!!!!; Te perdes la consumición!;  No entramos!" de Anto,  sumado a un "Uff, es verdad, bueno ya fue, voy así y ya".
Salgo y corro. Espero dos segundos y el bondi que no viene. Taxi? No hay chance, como mucho este bolsillo resiste un regreso, pero ida? Ja! Ni ahí! Me voy a la otra parada? Seguro que me voy y este maldito pasa... Bueno, me quedo. Uff, mi celular no para de vibrar, está en rojo! Deben ser las chicas, mejor no leo, me van a quemar la cabeza y si me la queman, a la merde con todo: me vuelvo a casa, decreto noche de pelis y ya....Bueno, por suerte ahí viene). 
"Si, ya estoy arriba del cole, aguanten un touch, llego en 20" (que en verdad, shhhh!!!! son 30!). Mientras me miro disimuladamente en el reflejo de la ventanilla. "Mmmm, maquillaje a las apuradas y desastroso, pelo a puro frizz. Colita, media cola, hebilla?...Ya fue, suelto. ¿Será cosa?! No me puse la pulsera ni el anillo! Para que me lo compré?! Agujero en la remerita, bueno, listo, no se nota, pero por las dudas no te mires más! Ojos que no ven, no critican y un motivo menos para la obsesión."
Ahí estamos, llego con mi mejor cara de pocos amigos y con un ataque de inseguridad que no se resuelve ni con un mapa, ni con más policía y prefectos. Acaba de pasar una con un short con lentejuelas y grrrr! Cómo la odio! Todo perfecto, esa es de la que, como bien definió Caro una vez, "cagan frutillas" o de las que, en términos de la Loca de Mierda, "menstrúan rubio".  Y yo ahí, con la "feroz" actitud de un pollito mojado, con mi panza explotada y una angustia galopante pensando en cómo pilotear mi cara que por obra y gracia de mi bendito ciclo hormonal, no la armo ni con un rompe cabezas! Ups, ahí están las chicas: Holaaaa!! 
                                                                                                                                                                                                                             

viernes, 5 de abril de 2013

Nabo al rescate

Hay momentos en los que una se ve enfrentada a lo que podría llegar a ser. Hoy, por ejemplo, tuve uno de esos momentos frente a la madre de A. quien enrojecía su cara rechoncha explicándome por qué yo hacía mal mi trabajo y su hijo debía ser puesto en una clase inferior.
Sí, así como lo leen: la mujer de unos 45 años que se autodefine una experta en el idioma, me explicaba que su hijo tenía serías deficiencias gramaticales que yo no veía ni corregía y que, por ende, debía ser trasladado a una clase de menor exigencia porque en la mía, debido a mis falencias para enseñar, el chico tenía un 7 (de mas´está decir que es uno de mis alumnos más brillantes y el más vago y mal educado de todos).
Después de explicar por qué yo creía que eso era un error la mujer empezó a entrar en calor (literalmente se le puso la cara como una manzana gigante) y, mientras la veía enrojecer yo pensaba ¿qué clase de madre seré cuando me llegue la hora? ¿Defenderé lo indefendible como este cetáceo? ¿Sabré ver las fallas en mis hijos? ¿O echaré culpas para allanarles el camino hacia el fracaso absoluto?
Entonces la mujer respiró y me dí cuenta de que no tenía idea de lo que había dicho y se esperaba una respuesta de mi parte.
Fue entonces, en ese momento fuera de la historia, cuando sucedió: el director a quien todos tienen  de pobre nabo, abrió su boca y le cerró la cloaca a la ballena ¡con una sonrisa y todo!
Moraleja del día: los nabos serán vegetales pero tienen sus propiedades positivas.

lunes, 1 de abril de 2013

Relaciones públicas

Cuando una está soltera, la vida gira en torno a las amigas. Por mucho que los hombres se ilusionen y crean que pasamos las horas pensando en ellos, lo cierto es que pasamos las horas con nuestras amigas.
Por supuesto que no con todas nuestras amigas compartimos las mismas cosas. Lo que sí compartimos con todas son las historias.
Sin embargo, entre todas esas amigas que están presentes para cosas muy variadas, siempre hay una que es la chica "relaciones públicas". No necesariamente trabaje de eso, obviamente, incluso hasta es posible que sea ingeniera nuclear en el Balseiro pero, aún a kilómetros de distancia parece estar mucho más informada que cualquiera de lo que pasa en la noche. Es la que siempre tiene data sobre lugares para salir, muchachos aceptables y hasta recitales o fiestas que trascienden "de boca en boca". Por este motivo, mientras respondemos a sus mensajes de aviso de fiesta o entrada gratis a algún boliche de moda nos preguntamos cómo hace para enterarse de todo eso con la vida ocupada que lleva. Es entonces cuando sospechamos que, posiblemente, esa vida ocupada sea la que la lleve a conocer gente que le pasa la información vital para la vida social de sus amigas. Pero esa observación la descartamos pronto porque implicaría que nuestra vida no está tan ocupada como podría y eso significaría que ya no tendríamos excusa para postergar el gimnasio.
Así que, aceptamos las invitaciones, llamamos a todos los números free del celular para arreglar con las chicas y, finalmente, producidas como las diosas fatales que somos, salimos rumbo a la propuesta elegida de la noche agradeciendo tener a la chica RRPP entre nuestros contactos.
Sí, entre nuestros contactos, porque la chica RRPP rara vez sea una de esas amigas que se junta a matear (a menos que sea una previa), a salir a caminar (excepto que sea para ir a buscar a alguien para salir) o simplemente llame para ver cómo estás (no porque no le importe, sino porque siempre anda a las corridas). Por suerte, siempre están esos quince minutos en la barra (antes de que llegue algún chico "divino") en los cuales podemos ponernos al tanto de su vida y contarle las últimas novedades de la nuestra. Entonces llega ese chico divino, u otro, y ella se va a saludar a fulano o mengano y nos deja en una excelente compañía, porque si algo sabe hacer la chica RRPP es elegir chicos lindos y simpáticos sin compromiso para presentarles a sus amigas.
Por eso, cuando salimos del boliche, encantadas con el muchacho que nos presentaron, nos preguntamos cómo es posible que, entre tanto chico lindo y soltero, la que siga sola sea ella, justamente la chica RRPP.
Quién sabe, tal vez las relaciones públicas no lleven a relaciones íntimas (por lo menos fuera del ámbito político, pero ese es tema de otro tipo de entrada).